sábado, 3 de junio de 2017

Lost in translation

Para Rocío Dzib.

Tengo en mis bolsillos un puñado de palabras, entre centavos y boletos del bus. Las he juntado en un montoncito piramidal. Pienso que con ellas puedo escribirte un carta donde pueda decirte algo de algo, o incluso, decirte algo para algo. Pero me parece mejor dejarlas dispersas y que tú las tomes, juegues con ellas.

La constitución es un diccionario, reformado hasta el cansancio, poco a poco han ido destruyendo y prohibiendo las palabras. Nos queda un lenguaje inconexo, extraño, incapaz de traducirlo. Nos perdemos en la traducción.

Cuando hablo contigo hay una voz en mi interior que me dice que no me entiendes. También cuando tú me hablas, no logro darle un sentido a lo que dices. Lo que dices no es complicado. Pero no tiene mucho sentido. Siento que nos esforzamos en descifrarnos. Acaso tal vez ya ni nos ocupamos de ello. Eso siento, como si no tuviéramos el peso de darle un sentido a nuestra conversación.

Por ejemplo, yo digo: Tarantula, fornaldarsögur, lilium, krinon, susannah, Blackstar, drag, mirror, espejo, Twin Peaks, mouryo no haku, el fantasma de Akutagawa, Hamlet es Juan García Ponce en una roca en Helsinki, sema y tumba, corpes, cuerpo, corporalidad sin cuerpo, carpe diem, quam minimo credula postero, mortificatio...

Y cuando creo estar hablándote de lo que entiendo por catolicismo visto desde la psicología jungiana y el gnosticismo, me doy cuenta de que me miras como un fanático, o eso me imagino (me divierto pensando eso), como si fueras una experta en Nietzche cuando tan sólo tienes una obra suya en una edición barata . Y me doy cuenta de lo patética que eres (en el sentido del pathos).

Veo que no te interesa. Me doy cuenta que tampoco soy el mejor orador. Y que incluso ni siquiera tiene coherencia mi discurso. A veces continúo o me callo. Siempre es mejor el silencio.

Volveré a retomar Madame Bovary. En cierto sentido eres Emma. No lo puedo explicar. Somos una copia de alguna novela francesa.

Pienso en un texto que represente tu esencia, para incluirlo en la selección de la que te hablé, o para dejarlo como tu epitafio. Supongo que tendrá el peso de una elegía, y podré ponerle algo así como "In Memoriam...", tu nombre es ya un verso muy complejo.

Rocío Dzib.

Rocío. Escritura.
Humedeces la hierba,
en noche constelada de signos.
Gota o huella de tu fantasma.
Registro de una escritura secreta, la de la noche.
Remanente líquido del sueño. Runa. Glifo.
Ausencia.
Ectoplasma
flotas en un agujero negro.
Denso como las palabras que plasmas.
No tienes lector,
eres escritura muerta,
en espera de un lingüista
que converse contigo dos mil años después.
Cuando no estés, estarás.
Humo húmedo.
Lejanía.
Pozo sulfúreo.
Ídolo de cerámica.
Diosa destituida, sin fe en sí misma.
Parásito y anfitrión, de una casa rota.
Pintura también.
Dibujo de la Nada.
Accidente corporal, tumba en espera.
Enfermedad auténtica del alma.
Infancia en putrefacción..
Cuando testifiques ante el abismo,
lloraré de amor abrazado a San Miguel Arcángel.
Y con la espada de Luz
ilumináremos el rastro de rocío,
la estela de tu partida
hacia lo desconocido,
en el esplendor de tu desintegración.

Siempre fuiste eso, lo que queda en tu ausencia,
el signo del después,
una hoja perdida,
una carta sin abrir, abierta años más tarde,
misterio sin resolver,
carpetas en el archivo,
el recuerdo de una noche.
La duda de tu existencia.


                                                                                                        3 de junio, Mérida, Yucatán.